After 9

K. le recomendó el libro de este fin de semana.
Algo para doparse y no dejar la cama.
Doparse y fumar.
(La ceniza.
No soporta los ceniceros de terrazas.
Tendrán agua o no?
Apago dentro o fuera?
Demasiado drama para un entierro.)
Lee desquiciante por desconocido.
Se marea, vuelven las naúseas. Suelta el libro.
Cierra los ojos, el unicornio regresa, le apunta, le acusa.
Ya no es la hora del té, no es la hora de casi nada.
Todavía tiene la otra voz, el hilo.
Un asombro cayendo detrás del otro.
La tarde de asombros, la tarde del té.
Maldito domingo.
Alza los brazos y se muere un poco esa tarde.
Ya sin venda, tanta luz, tanta verdad.
Tanta que hiere.