miércoles, abril 25, 2007

After 9


K. le recomendó el libro de este fin de semana.
Algo para doparse y no dejar la cama.
Doparse y fumar.

(La ceniza.
No soporta los ceniceros de terrazas.
Tendrán agua o no?
Apago dentro o fuera?
Demasiado drama para un entierro.)

Lee desquiciante por desconocido.
Se marea, vuelven las naúseas. Suelta el libro.
Cierra los ojos, el unicornio regresa, le apunta, le acusa.
Ya no es la hora del té, no es la hora de casi nada.

Todavía tiene la otra voz, el hilo.
Un asombro cayendo detrás del otro.
La tarde de asombros, la tarde del té.
Maldito domingo.

Alza los brazos y se muere un poco esa tarde.
Ya sin venda, tanta luz, tanta verdad.
Tanta que hiere.

miércoles, abril 18, 2007

Desire, despair, desire



Viernes 13.
Esta mañana una amiga me pide que le recuerde parpadear.
Parpadea, parpadea, debo gritar cada 36 minutos.

(Islas. Todos nos volvimos islas hoy.
Los tres.
La sangre borra el lagarto de mi muñeca.
Las letras, todas las letras que me encerraron.
Cada una, la última.
Un gato lame mis heridas.
Otro.)

Esta tarde el taxista se anuncia admirador de Hitler.
Cataliza mis naúseas, casi no llego a casa.

So many monsters.